Cemento, ladrillo, madera, chapa... las casas son muchas y de muchas maneras están construidas, pero, ¿Qué ocurre cuando un grupo de artistas decide plasmar las sensaciones que le ofrece su puntura sobre las superficies de estas? Los amalianos, presentamos el blog donde describimos nuestro trabajo y anécdotas.

lunes

ARTE EN PIORNAL

Al norte de Extremadura, entre robledales, cerezos, castaños y piornos, PIORNAL, población amable por sus gentes, refrescante por su clima en medio de la canícula de Julio y Agosto apareció en 2012 un grupo de gente artista liderado por MªJosé, García del Moral por más señas, con Saturio, hijo preclaro del pueblo y hablaron sin prisa, en la placidez de sus veladores con un ayuntamiento joven y entusiasta a la vez que receptivo a las ideas, para mejorar sus calles, sus hogares y las fachadas de sus casas.

Como el arte no tiene fronteras, hicieron posible la definición de un convenio entre la universidad de Sevilla, origen de los artistas, y el pueblo de Piornal. Se trataba de embellecer las fachadas que estaban protegidas de los rigores del cima por chapas metálicas onduladas, con creaciones artísticas de gentes como Aida, Pedro, Ana, Pablo, Jose y Alberto.

Estos creadores fueron capaces de plasmar sus inquietudes y sentido de la belleza en varios bocetos inspirados en el acerbo popular y su entorno que presentaron a las gentes del lugar. Todos quedaron maravillados por las líneas, los colores, los símbolos y, en definitiva, por la estética expuesto. Pasaron unas semanas y este grupo fue capaz de ponerse de acuerdo en dos bocetos de Pedro que rápidamente fue enriquecido con las aportaciones del resto.

Y llegó Julio y él la pintura, los pinceles y el entusiasmo nervioso de los actores principales, los pintores. Se subieron al andamio, se mancharon hasta las orejas y con fondo musical que Aida se encargaba de seleccionar fueron apareciendo de la nada, las formas, los colores, los matices, las flores de cerezo y los paisajes.

Las gentes se paseaban, observaban, hablaban, pero nadie quedaba indiferente; el arte iba entrando por los ojos e iba tocando la sensibilidad que todos los humanos tenemos escondida y que requiere un pequeño impulso para que surja y nos produzca las sensaciones propias de agrado, sorpresa, placer o la reacción propia e intransferible que todos los espíritus poseen.

Es humano y comprensible que surja la pregunta ¿y esto cuánto cuesta? Pues "casi nada" que en sentio literal es muy poco dinero y en sentido figurado una fortuna. Estamos ante una especie de trueque: La universidad pone la pintura y los artistas y el pueblo los aloja, alimenta y, sobre todo, les da mucho cariño.

El resultado está expuesto a todos, es arte en la calle, es libre y a cada uno le contará su propia historia o la historia que cada uno se quiera contar.

¡Ah! Esto no se para, CONTINUARÁ...







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